
Las autoridades alemanas han detectado entre los inmigrantes que llegan al país pasaportes sirios falsificados en el mismo lugar y de la misma manera que los utilizados por dos de los terroristas que atentaron en París el 13 de noviembre en nombre del autodenominado Estado Islámico.
Se trata inicialmente de una docena de pasaportes, muy pocos si se tiene en cuenta que, en lo que va de año han llegado a Alemania más de un millón de personas, pero suficientes para dar la señal de alarma y justificar los mayores controles de identidad impuestos por las autoridades de Interior a los demandantes de asilo y refugio.
Según informa el diario Bild, los pasaportes fueron robados en 2013 en Raqqa, capital del mal llamado Estado Islámico, y posteriormente falsificados en alguna de las imprentas que ahora controla el grupo yihadista en Siria.
Fuentes de los servicios de inteligencia occidentales citadas hace unos días por el diario Die Welt sostenían que el autoproclamado Estado Islámico se ha hecho en Siria, Libia e Irak con un botín de decenas de miles de pasaportes auténticos que luego falsifican en la red de imprentas requisadas a las autoridades locales.
