El calendario de adviento nos endulza el tiempo de espera. Es la «cuenta atrás» hasta el 24 de diciembre, día de nochebuena. Cuenta con sus 24 puertas y con ello también 24 sorpresas. Esta tradición alemana es cada vez más popular. En concreto los orígenes del calendario de adviento se remontan al siglo XIX en Alemania: los niños encendían una vela por cada día del tiempo de adviento, es decir, desde el domingo de adviento hasta el día de nochebuena.
Pero ya antes el reformador Martín Lutero hizo de la navidad una fiesta familiar con regalos para los niños. Como éstos solían recibir sus obsequios el Día de San Nicolás (Nikolaustag, 6 de diciembre), su tiempo de espera se alargó. Para facilitar esta espera fueron surgiendo muchas tradiciones como, por ejemplo, el calendario de adviento. Con el tiempo esta tradición protestante conquistó a toda Alemania.
En muchos casos, las familias más humildes sólo pintaban con gis (una especie de tiza) veinticuatro rayas en la puerta de la casa y cada día un niño podía borrar una. Otras familias colocaban pajas en el nacimiento del niño Jesús. Velas y tiras de papel para arrancar son otras variantes de esta tradición. En las casas de las familias más ricas los niños recibían golosinas.
Los primeros calendarios de adviento impresos
En 1902, la Librería Protestante de Hamburgo lanzó al mercado el que probablemente fue el primer calendario de adviento impreso. Un año después, el editor muniqués Gerhard Lang comenzó a vender imágenes coloridas para ser recortadas y pegadas en las veinticuatro casillas de una cartulina.
Los primeros calendarios de adviento con pequeñas puertas o ventanas salieron al mercado en 1920. Detrás de cada una de las veinticuatro ventanitas se escondía una imagen. En la época del nacionalsocialismo sólo se imprimieron imágenes de figuras de cuentos de hadas y de dioses germanos.
A partir de la década del los cincuenta, el calendario de adviento se volvió popular en toda Alemania, convirtiéndose en un producto barato de consumo masivo. Detrás de las ventanitas muchas veces se escondían imágenes de paisajes nevados y motivos cristianos. Algunos calendarios ya contenían chocolates u otras golosinas.
El calendario de adviento en la actualidad
Hoy en día, se esconden figuras de chocolate o juguetes detrás de las veinticuatro puertas de un típico calendario de adviento. Para conquistar el mercado internacional, los motivos de las figuras e imágenes tienen que ser universales. Por ello, muchas veces, María y José son reemplazados por osos y árboles de navidad.
En la actualidad, cada vez más casas en las ciudades se transforman en calendarios de adviento. Cada día literalmente se abre una ventana. El calendario de adviento más grande del mundo está en la Selva Negra. Y es que los vecinos de Gengenbach, un pintoresco pueblo alemán, presumen de tener desde hace ya más de 20 años el calendario de adviento más grande del mundo: su ayuntamiento. La fachada del histórico edificio, con sus 24 ventanas, cumple con un curioso ritual en los días previos a la navidad por el que cada tarde, a las 18:00 horas, una de las ventanas se ilumina.
Actualidad de Alemania 
¡Qué curioso! No conocía el origen de los calendarios de adviento.
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