Las autoridades alemanas han clasificado a Alternativa para Alemania (AfD) como un caso seguro de extremismo de derechas, lo que abre la posibilidad de ilegalizar el partido.
La Oficina para la Protección de la Constitución (BfV), el servicio de inteligencia del Ministerio del Interior, ha señalado que la concepción étnica y basada en la ascendencia que prevalece en AfD no es compatible con el orden democrático básico. Esta decisión permite a las autoridades aumentar la vigilancia sobre el partido a nivel nacional.
AfD, que obtuvo el 20,8% de los votos en las elecciones generales anticipadas de febrero, ejercerá como principal partido de la oposición en la nueva legislatura. La ministra del Interior en funciones, Nancy Faeser, ha respaldado la evaluación de la BfV, calificándola de «clara e inequívoca».
