En un país donde la cerveza reina y el café acompaña las tardes de tertulia, existe una bebida refrescante que ha conquistado los corazones —y las papilas gustativas— de varias generaciones alemanas: el Spezi.
Mezcla insólita de cola y refresco de naranja, el Spezi es más que una curiosidad gaseosa. Es nostalgia, rebeldía adolescente y tradición reinterpretada.
Origen con carácter propio
Aunque muchos asumen que el Spezi es simplemente una combinación casera, su historia comienza formalmente en la década de 1950, cuando la cervecería Riegele de Augsburgo lanzó oficialmente una bebida bajo ese nombre.
Originalmente era una marca registrada, pero con el tiempo el término Spezi se popularizó tanto que hoy se usa genéricamente para cualquier mezcla de cola con naranja, aunque existan versiones comerciales específicas como Mezzo Mix (de Coca-Cola) o Schwip Schwap (de Pepsi).
¿Qué lo hace especial?
La clave del Spezi está en su equilibrio de sabores: la acidez frutal y vibrante del refresco de naranja suaviza el amargor de la cola, creando una bebida sorprendentemente refrescante sin ser empalagosa. Se sirve bien fría y es habitual en cafeterías, quioscos, festivales y hasta en reuniones familiares.
Versiones caseras
Uno de los encantos del Spezi es que también se puede preparar fácilmente en casa. Basta con mezclar partes iguales de cola y naranja (aunque algunos ajustan la proporción al gusto). Hay quienes añaden una rodaja de limón o incluso hielo picado para llevar la experiencia al siguiente nivel.
Además, los bares y cervecerías artesanales han empezado a experimentar con versiones “Spezi con alcohol” o cócteles inspirados en él, especialmente entre el público joven y moderno.
Icono cultural
Pregúntale a cualquier alemán de entre 10 y 60 años y probablemente tendrá una anécdota relacionada con el Spezi: excursiones escolares, fiestas de verano, o simplemente la bebida favorita de la infancia. En Baviera, especialmente, es casi un ritual pedir un Spezi al almorzar, como si formara parte del ADN local.
En resumen, el Spezi es una bebida con alma propia: modesta en apariencia, pero profundamente enraizada en la vida cotidiana alemana. No será una cerveza ni un café de especialidad, pero su lugar en la cultura popular está bien asegurado, burbuja a burbuja.
