La historia de Fanta es tan inesperada como refrescante. Fue creada en Alemania en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando la filial alemana de Coca-Cola se quedó sin acceso al concentrado original debido al embargo comercial impuesto por Estados Unidos.
Max Keith, director de Coca-Cola GmbH en Alemania, se enfrentaba al cierre de las fábricas. Para mantener la producción, su equipo ideó una nueva bebida usando ingredientes disponibles localmente: suero de leche, pulpa de manzana y otros subproductos que podían conseguirse en tiempos de guerra.
Keith organizó un concurso entre los empleados para nombrar el nuevo refresco. Uno de ellos, Joe Knipp, inspirado por la palabra alemana Fantasie (fantasía), propuso Fanta. El nombre capturaba el espíritu creativo del momento.

Aunque inicialmente fue una solución de emergencia, Fanta se convirtió en un éxito en Alemania. Tras la guerra, Coca-Cola recuperó el control de la marca y relanzó Fanta en Italia en 1955, esta vez con sabor a naranja. Desde entonces, ha conquistado más de 190 países con más de 90 sabores distintos.
Fanta ha evolucionado hasta convertirse en una marca global asociada a la diversión, la juventud y la espontaneidad.
