En un giro inesperado que sacude el tablero político alemán, la última encuesta de Forsa para RTL/ntv revela que la Alternativa para Alemania (AfD) ha superado por primera vez a la Unión (CDU/CSU) en intención de voto.
Con un 26 % de apoyo frente al 24 % de la coalición conservadora, el resultado representa un duro golpe para el canciller Friedrich Merz, quien apenas lleva poco más de 100 días en el cargo.
Un liderazgo debilitado
La caída en los números de la CDU/CSU se produce en medio de una creciente insatisfacción con el gobierno de Merz. Sólo el 29 % de los ciudadanos aprueba su gestión, mientras que un 67 % la considera negativa.
Estos datos reflejan un desgaste acelerado de su liderazgo, que no ha logrado consolidarse ni generar confianza en un momento de incertidumbre económica y social.
Además, el 43 % de los encuestados cree que la coalición entre la CDU/CSU y el SPD podría romperse antes de finalizar el mandato, lo que añade presión a un gobierno que ya enfrenta divisiones internas y críticas por su falta de rumbo claro.
El ascenso de la AfD
El crecimiento de la AfD no es un fenómeno aislado. En los últimos meses, el partido ha capitalizado el descontento ciudadano, especialmente en temas como inmigración, seguridad y el costo de vida.
Su discurso populista y nacionalista ha encontrado eco en sectores cada vez más amplios de la población, que perciben a los partidos tradicionales como desconectados de sus preocupaciones reales.
Aunque la AfD sigue siendo objeto de controversia por sus posiciones extremas, su avance en las encuestas demuestra que ha logrado consolidarse como una fuerza política relevante, capaz de disputar el liderazgo en Alemania.
Desconfianza generalizada
Uno de los datos más reveladores de la encuesta es que el 50 % de los alemanes no confía en ningún partido para resolver los problemas del país.
Esta cifra refleja una crisis de representación que va más allá de los resultados electorales: es una señal de que el sistema político enfrenta un desafío profundo en su capacidad de conectar con la ciudadanía.
¿Qué viene ahora?
El sorpasso de la AfD plantea preguntas urgentes sobre el futuro de la democracia alemana. ¿Podrá Merz recuperar la confianza perdida? ¿Responderán los partidos tradicionales con propuestas concretas y cercanas a la gente? ¿Estamos ante una reconfiguración duradera del mapa político?
Lo que está claro es que Alemania vive un momento de inflexión. Y en tiempos de cambio, la política no sólo se mide en porcentajes, sino en su capacidad de ofrecer respuestas reales a los desafíos del presente.
