El Werder Bremen ha descendido a la segunda Bundesliga por segunda vez en su historia como club después de 1980. Y de forma totalmente merecida. Ni siquiera la leyenda del club Thomas Schaaf pudo salvar nada. El equipo hanseático se enfrenta a tiempos difíciles, tanto en lo deportivo como en lo económico.
Cuando sonó el pitido final a las 17:25 horas, se produjo un silencio aterrador en el estadio Weser y sus alrededores. El tradicional club de Bremen ha tocado fondo. La derrota del Werder por 4-2 en la última jornada de la Bundesliga contra el Borussia Mönchengladbach y la victoria simultánea del 1. FC Köln contra el Schalke fueron el colofón de una temporada memorablemente mala para los verdiblancos.
El descenso del equipo a la Segunda División está ya sellado, pero se venía vislumbrando desde hace tiempo. Ni siquiera el (demasiado) tardío cambio de entrenador de Florian Kohfeldt a Thomas Schaaf pudo salvar al club hanseático. Contra el Gladbach, el equipo de Bremen volvió a demostrar que no está a la altura de las circunstancias.
«Sabemos que la decepción es ahora enorme y que, por supuesto, esto también perjudica a nuestros aficionados. Pero no lo conseguimos y eso es lo que tenemos que afrontar ahora», dijo Schaaf. Frank Baumann también pensó en los seguidores del Bremen. «La afición del Werder ha tenido que sufrir mucho esta temporada, sobre todo en las últimas diez jornadas», dijo el director deportivo.
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