Refréscate con una Berliner Weiße

La Berliner Weiße es una cerveza de trigo alemana con un sabor ácido y refrescante, originaria de Berlín.

Se caracteriza por su baja graduación alcohólica (entre 2,5% y 3%) y su fermentación con levadura y bacterias del ácido láctico, lo que le da su distintivo toque ácido.

La Berliner Weiße tiene una historia fascinante que se remonta al siglo XVI. Se cree que su origen está relacionado con un intento de replicar una cerveza popular en Hamburgo, pero terminó evolucionando en un estilo único basado en trigo. La primera mención documentada de la receta aparece en 1642, gracias a J. S. Elsholz.

Durante el siglo XIX, la Berliner Weiße era la bebida alcohólica más consumida en Berlín, con hasta 50 cervecerías produciéndola. Sin embargo, a finales del siglo XX, solo quedaban dos cervecerías en la ciudad que la elaboraban. Afortunadamente, con el auge de la cerveza artesanal, ha vuelto a ganar popularidad, y muchas cervecerías fuera de Alemania han comenzado a producir versiones de este estilo.

Napoleón y sus tropas la conocieron en 1809 durante la ocupación de Berlín y la apodaron «Champagne del Norte», debido a su efervescencia y acidez. Hoy en día, sigue siendo una cerveza icónica, especialmente cuando se sirve con jarabe de frambuesa o aspérula para suavizar su acidez.

Aquí tienes una receta para hacer Berliner Weiße en casa:

Ingredientes:


1,1 kg de malta Pilsner

600 g de malta de trigo claro

200 g de malta ácida

50 g de malta caramelo (Cara Amber)

15 g de lúpulo Hallertauer Mittelfrüh

Levadura Alemana

Cultivo de bacilos lácticos (Lactobacillus)

Preparación:

Macerado: Mezcla las maltas con agua caliente y mantenlas a una temperatura de 65°C durante aproximadamente 60 minutos.

Hervido: Añade el lúpulo y hierve la mezcla durante 60 minutos.

Fermentación: Enfría el mosto y añade la levadura junto con los lactobacilos. Fermenta a 20°C durante una semana.

Maduración: Deja reposar la cerveza por 2-4 semanas para desarrollar su acidez característica.

Servir: Puedes disfrutarla sola o con jarabe de frambuesa o aspérula para suavizar su acidez.

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