Los precios al consumo en Alemania han aumentado un 0,3% en 2015, la subida más moderada desde la recesión de 2009, según ha confirmado el Instituto Federal de Estadística. La razón principal se debe al hundimiento de los precios del crudo, que abarató los costes de los carburantes para automóviles y calefacciones.
Gracias a la caída del crudo, los alemanes han podido consumir más durante todo el año. El consumo interno ha sido sin duda uno de los pilares que ha motivado el crecimiento económico alemán durante el año 2015.
La energía ha sido 7% más barata en 2015 que en 2014. El gasóleo para calefacción llegó a costar un 23% menos y la gasolina para automóviles se abarató un 10%. Sin el efecto del petróleo, la inflación habría subido un 1,1% el año pasado.
Los alimentos subieron un 0,8%. También se encarecieron el café, el tabaco, los periódicos y revistas y el cacao. Los servicios subieron un 1,2%, al igual que los alquileres netos. La inflación en Alemania ha caído desde 2011, cuando alcanzó el 2,1%. El Banco Central Europeo considera que lo ideal para las economías de Europa es un aumento de precios de algo menos del 2%.
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